Mantenimiento en cautividad del género Ceratophrys.


Ceratophrys cranwelli albino, fotografia cedida por Esquilo.

Taxonomía:

Phylum: Chordata
Clase: Amphibia
Orden: Anura
Familia: Leptodactylidae
Género: Ceratophrys
Especies: C. Cranwelli, C. Cornuta, C. Ornata, C.aurita.

Descripción: Las ranas cornudas o escuerzos del género Ceratophrys poseen unas características singulares que las hacen diferentes al resto de los anuros mantenidos en terrario, se trata de animales  de cuerpo rechoncho y achaparrado, patas cortas, enorme boca con dientes prominentes y grandes ojos situados en la parte superior de la cabeza, estas características denotan que se trata de animales de actividad terrestre diurna y de grandes y voraces depredadores que acechan a sus víctimas desde posaderos a donde permanecen enterrados prácticamente de cuerpo entero, dejando asomar la parte superior del cráneo a donde están sus ojos.
Las ranas suelen presentar colores brillantes en libreas de color rojo, ocre, verde brillante y verde amarillento, la especie C. cornuta posee unas protuberancias a modo de cuernos en la cabeza, justo encima de cada ojo.
El dimorfismo sexual es acentuado, los ejemplares macho son más pequeños que las hembras, llegando a medir estas los 20 cm y los machos entorno a 15 cm.

Comportamiento en cautividad: Son animales poco activos, generalmente pasarán el día enterrados en el sustrato o sumergidos en una cubeta de agua esperando a que se les facilite el alimento, en realidad en estado natural actuarían del mismo modo, acechando a sus presas desde sus escondites naturales.

Mantenimiento en cautividad, Terrario:
Lo más reseñable de su mantenimiento es que estos animales deben mantenerse individualmente, si tratamos de tener a estas ranas por parejas lo más {mosimage}probable es que la de mayor tamaño se coma a la más pequeña.
El Standard de mantenimiento de un escuerzo suele ser un habitáculo (terrario de cristal o recipiente de plástico) de fácil limpieza y mantenimiento, lo ideal es proporcionar al animal una gran cubeta de agua no muy profunda a donde pasará gran parte de su tiempo sentada, o facilitar una zona terrestre cubierta por sphagnum empapado, a donde el animal se enterrará como haría en estado silvestre.
Es posible jugar con ambas combinaciones, es decir, zona acuática y zona terrestre con musgo. Lo que es indispensable y hay que tener en cuenta es que son animales muy glotones y que por lo tanto defecan en consideración, por lo que las tareas de mantenimiento del habitáculo deben ser habituales, cada dos o tres días, para evitar posibles contagios fúngicos, septicemias y proliferación de bacterias nocivas en el terrario que atacarían la piel del animal. Hay que estar muy atentos justo después de una comida para retirar las heces del terrario rapidamente, generalmente son sólidas y de gran tamaño, por lo cual con papel absorvente bastará  para ello. El sustrato debe ser eliminado y sustituido con cierta frecuencia por otro nuevo, para evitar problemas sépticos. Si tenemos poco tiempo que dedicar a las tareas de mantenimiento es recomendable usar dos o tres centímetros de agua y simplemente cambiarla por otra fresca, limpia y libre de cloro, el recipiente de plástico o cristal puede ser enjuagado enérgicamente con agua muy caliente.
Alimentar a una “rana pacman” es muy sencillo, tragan cualquier cosa que se les ponga delante y que se mueva, desde grillos, cucarachas, pasando por zophobas de gran tamaño, hasta crías de ratón para ejemplares juveniles y ratones adultos para ejemplares de mayor tamaño, se zamparán cualquier cosa que les entre por su enorme boca, esa es la razón por la que no debemos mantenerlas en parejas. Algunos ejemplares aceptan alimento muerto, trozos de carne de pollo, etc.
Se trata de animales bastante delicados, pese a su relativamente fácil mantenimiento, y hay que cuidar sobre todo aspectos muy básicos en la dieta, no sobrealimentarles por el simple hecho de que acepten el alimento, suplementar con calcio o vitaminas específicas para anfibios evitando de este modo las deficiencias de calcio y las malformaciones óseas, mantener el terrario lo más aséptico posible, evitar las fibras de coco para el suelo, así como las gravillas de acuariofilia, ya que podrían ser ingeridas accidentalmente por el animal mientras engulle a una presa y básicamente mantener el standard de temperatura para anfibios neotropicales, es decir, temperaturas rondando los rangos entre 20 y 26 grados, con un leve descenso nocturno y evitar descensos inferiores a los 19 grados (excepto en C.Cranwelli) y temperaturas superiores a los 30 grados, límite aconsejable para el mantenimiento de todas las especies del género, en cualquier caso mantener la humedad rondando el 70-80%.

Reproducción: Antes de intentar la reproducción en cautividad de estos anuros debemos estar seguros de que ambos ejemplares están sanos y saludables y que la alimentación en las semanas inmediatamente anteriores a la cría ha sido especialmente rica y variada con suplementación de calcio y vitaminas. Estos anuros se aparean aprovechando las épocas de lluvia en sus lugares de origen, las hembras desovan en charcas estacionales de cientos a miles de huevos, de los que eclosionan los renacuajos, que se alimentarán en el fondo de estas charcas.
En cautividad debemos jugar con un período más seco y caluroso o de estivación, a donde mantendremos una cubeta con agua dentro del terrario, pero reduciremos los riegos, al mismo tiempo que aumentamos la temperatura hasta rozar los 30 C, tanto el macho como la hembra deben ser mantenidos en el mismo terrario y en las mismas condiciones, aunque separados por una placa de cristal o metacrilato, lo que les permita estar en contacto visual pero bajo nuestra supervisión permanente, una vez transcurran unos dos o tres meses en estas condiciones secas, en las que ambos sexos han sido mantenidos, retiraremos el cristal que los separa y aumentaremos las lluvias, e iremos gradualmente bajando las temperaturas hasta alcanzar los 20 C, esto suele ser suficiente para estimularles para la cría, el macho comenzará a cantar llamando la atención de la hembra hasta una cubeta de agua no demasiado profunda, a donde se aparearán y se producirá la puesta. Es muy importante mantener la supervisión en este momento por nuestra parte para evitar agresividad entre ambos sexos.
Una vez se ha producido el amplexo con resultados satisfactorios, la hembra depositará los huevos en una cubeta poco profunda y los trasladaremos a un acuario con agua de osmosis e instalaremos un filtro de acuario que ayudará a mantener el agua limpia y oxigenada.
La alimentación de los renacuajos debe ser hecha con tubifex. Los renacuajos terminan la metamorfosis en aproximadamente un mes y medio. Las pequeñas ranas deben ser colocadas en terrarios y alimentadas con abundantes presas acordes a su tamaño, mucho ojo porque pueden devorarse unas a otras dada su gran voracidad.