Artículos sobre plantas

 

Introducción: Sin duda alguna nos encontramos con una de las familias de plantas más fascinantes y bellas, antaño codiciadas hasta el extremo de que coleccionistas europeos adinerados pagaran expediciones de buscadores de plantas exóticas y orquídeas para ir al trópico a por la especie más rara, suscitar el coleccionismo exacerbado en el siglo 19 y todo ello debido a su delicadeza de formas y colores y a la fascinación de verlas crecer agarradas a un tronco. Sin duda son una opción más que recomendable para el terrariófilo con un grado de experimentación medio-alto.

A las plantas hay que sacarlas del tiesto y lavar bien las raíces.

A las orquídeas las podemos clasificar básicamente en dos tipos, por su tipo de crecimiento, o Monopodial, es decir ,las hojas van naciendo del mismo cuello e intercalándose a cada lado de la planta, como ocurre en Phalaenopsis sp. y de tipo Simpodial, creciendo siempre a raiz de un rizoma rastrero, desde donde nace un falso bulbo y a su vez de él una nueva hoja, siempre en sucesión lineal, como ocurre en el caso de Cattleya sp, a veces esta sucesión en rizoma parte de pseudobulbos (Bulbophyllum), desde donde nace la nueva hoja, estos pseudobulbos son órganos de almacenaje de agua, por lo cual podemos obtener la primera conclusión, una orquídea con pseudobulbos necesita muchísimo menos aporte de agua que una orquídea de crecimiento simpodial, carente de ellos. Un psudobulbo es un indicador perfecto de la salud de la planta, si está suave, de color brillante y ligeramente hinchado, la planta goza de buena salud e hidratación, por el contrario un psudobulbo demasiado arrugado nos dice que es necesario un aporte hídrico de urgencia, mientras que uno de color café o negro indica que nos hemos pasado con el riego y existe una infestación por hongos o bacterias (ver foros de jangala-plantas tropicales).
Para aplicar las técnicas de mantenimiento en el terrario o fanal acristalado de nuestras bellí­simas orquí­deas hay que tener en consideración algunos aspectos importantes y básicos.
No es lo mismo mantenerlas al aire libre, donde reciben la luz del sol filtrada por las cortinas vegetales de árboles u otra vegetación, a donde sus raí­ces corren menos riesgo de podredumbre por hongos y a donde no van a estar expuestas a luz artificial, a veces fatal para ellas, que meterlas entre 6 cristales.

Por lo tanto, hay que tener claro algunos principios que se detallan a continuación:

Habitáculo: A no ser que se trate de plantas en miniatura (Bulbophyllum, Pleurothallis, Masdevallia, ciertas especies de Gongora, algunas variedades de Phalaenopsis, etc), este debe ser lo más amplio posible, tratando siempre de buscar la acomodación que permita más espacio a sus raíces aéreas y evitar el ambiente constantemente viciado de humedad y con poca ventilación.
Además debemos tener en cuenta que si la planta llegara a acomodarse crecerá, y lo hará por sus raíces, que se extenderán y por sus hojas o rizomas, con lo cual no debemos acoplarlas a lugares demasiado estrechos.

Luz: Este es un factor importantí­simo si queremos que florezcan y crezcan fuertes las plantas, una luz débil las hace crecer mustias, alargadas, y de hojas finas y mal formadas, jamás conseguiremos una floración.
Por contra una luz muy potente, como por ejemplo un foco HQI, o una orquí­dea colocada demasiado cerca de esta fuente de luz (y calor), morirá desecada o quemada gravemente a las pocas semanas. Lo recomendable es ponerlas a media altura, a donde reciban luz suficiente para crecer normalmente y que no reciban demasiado calor que pueda dañarlas. Los tubos T5, T8, Pl de más de 6500K (Kelvin), son muy adecuados, no sólo para el crecimiento vegetativo, sino para la floración, aunque solo la experiencia de algunos años logrará el éxito.
Los tubos o focos, deben ser sustituidos tras cierto tiempo de uso prolongado, unos antes y otros más tarde, dependiendo de las horas de luz que hayan proporcionado y de los meses de uso, la media podría situarse en 18 meses de utilización.

Agua / Riego: He aquí el talón de Aquiles de la afición a mantener orquídeas, muchos piensan que como son procedentes, en su mayoría, de selvas tropicales hay que empaparlas y tenerlas humedecidas constantemente, esto es un grave error, es mucho mejor ofrecerles ciertos periodos de sequí­a relativa, lo cual estimula además su crecimiento, a tenerlas atiborradas de agua. Una vez hayamos ahogado a nuestra orquí­dea nos lo hará saber amarilleando automáticamente su follaje, que se desprenderá seguidamente, si persiste el problema, la planta finalmente morirá. Por contra, periodos eternos de escaso riego acaban debilitando a la planta, que se arrugará como una ciruela pasa avisándonos de esta carencia y tendrá un follaje mate y poco vigoroso, con aspecto de chicle.
Lo ideal, dependiendo del tipo de orquídea, es colocarla en lugares a donde reciba cierta cantidad de riego, pero digámoslo así, permitiendo que sus raíces se sequen entre los riegos. La ventilación es crucial para la buena salud de las plantas y jamás debemos regarlas si sus raí­ces están verdes, es mucho mejor que el velamen que las recubre se vuelva blanco para volver a pulverizarlas.



Una orquídea sana nos regalará sus floraciones cada año.

Fertilizante: Si las plantas comparten terrario con anfibios u otros pequeños animales olvidaros de fertilizar, ya se encargarán los animales de esta labor, creedme, basta con colocar algunos de sus excrementos sobre el cepellón de raí­ces o diluirlos en agua y luego rociarla, la planta captará enseguida los nutrientes (N), disueltos en esta “sopa” y les servirá de alimento para su mejor crecimiento. Os recuerdo que lograr un terrario sano cuesta bastantes meses o años de trabajo y que una vez conseguido el equilibrio ideal, es como un coche sin frenos cuesta abajo, las plantas crecerán fuertes hasta necesitar incluso podas periódicas.
Tened en cuenta que la mayoría de ellas, exceptuando algunos Paphiopedillum (terrestres), son epí­fitas, y allá­ arriba en las ramas de los árboles, los nutrientes son, animales muertos, como insectos, polvo en suspensión, detritus vegetales, defecaciones de aves y mamíferos arborícolas, etc, no hay jardineros regándolas, ni abonando a conciencia.

Temperatura: Los rangos óptimos para mantenerlas se sitúan entre los 20 y los 30 grados C, tanto dentro del terrario como en el exterior, a más temperatura de 30 C puede dañarse el follaje o provocar la muerte de la planta, a menos temperatura de 18 grados hay que cuidar bastante los riegos pues las plantas pueden sufrir ataques de hongos y bacterias.
Es muy recomendable colocarlas en lugares a media altura en los vivarios y en zonas protegidas del sol directo si están al exterior, a donde reciban una suave brisa pero no una exposición directa a corrientes de aire.

Plagas: Las orquídeas pueden ser atacadas por la cochinilla de escudo, plaga difícil de tratar y muy contagiosa a otras plantas, no introducir plantas recién adquiridas sin una inspección del envés de las hojas y de las axilas, a donde suelen esconderse, se recomienda la eliminación total de las plantas afectadas. Bacterias, que causan deformaciones verrugosas y manchas oscuras en las hojas, muy difícil de recuperarlas, suelen aparecer en Phalaenopsis sp. a temperaturas por debajo de los 14 C y si seguimos regándolas, es muy recomendable parar totalmente los riegos por debajo de esa temperatura, consultar post sobre las enfermedades de las orquídeas en foros de jangala.
Hongos, manchas en las flores parecidas a lunares oscuros, producidas por humedad excesiva y falta de ventilación, hojas con aspecto chicloso y pegajoso, difíciles de erradicar, aunque un tratamiento de choque es espolvorear a toda la planta con canela y luego tratarla con un antifúngico sistémico que penetrará en la planta, se recomienda consultar post sobre las enfermedades de las orquídeas y sus tratamientos preventivos y de choque en los foros de jangala.
Podredumbre causada por hongos, que ataca directamente al cuello de la planta o a los pseudos bulbos, se produce por riegos excesivos a bajas temperaturas y por falta de ventilación, como consecuencia se desprende el follaje y la muerte de la planta es irreversible una vez ha comenzado la infestación o si no se detecta a tiempo y se toman las medidas urgentes.

Poda y trasplante (introducción en el terrario): Si vamos a meter a las orquídeas que hemos adquirido en el terrario, primero tenemos que tener en cuenta que hay que retirarles todo el sustrato que traen del vivero y lavarlas muy bien por si han sido tratadas con algún producto fitosanitario, los sustratos suelen ser generalmente a base de bolas de arcilla, corteza de coco troceada y otros materiales que permiten un rápido drenaje cuando se las riega en el exterior a gran escala, este proceso debe realizarse con sumo cuidado, ya que sus raí­ces son muy frágiles y propensas a quebrarse, les retiraremos todo el sustrato, previamente ya habremos escogido el lugar ideal para colocarla, tronco, pared, tiesto, la lavaremos con una suave ducha de agua tibia a conciencia y la dejaremos secar, la emplazaremos en el terrario ayudándonos de cualquier soporte que permita a la planta reposar sin presión de ningún tipo y que vaya adaptándose a su nueva casa, las raí­ces deben quedar ligeramente descubiertas, hay sustratos ideales como el saxin o el epiweb en tiestos, muy recomendable para plantarlas­ con trozos de epiweb rellenando en interior y evitando que se caiga por su propio peso.
Otro forma de plantarlas es dejando reposar ligeramente a la planta sobre un corcho desnudo o recubierto de una capa de musgo ligeramente humedecida, nunca empapado, hasta que sus raíces empiecen a buscar el nuevo hogar, hay que ayudarlas con alambre de jardinería o hilo de nylon, presionándolas suavemente al soporte pero que queden bien fijas y sujetas. Con sumo cuidado colocaremos la placa suspendida, apoyada o clavada en el lugar adecuado que hayamos escogido.

Resumiendo, ofrecer riegos moderados, dejando secar las raíces entre ellos, ofrecer luz abundante y de calidad, pero no acercando a las plantas demasiado y saber en todo momento que tipo de plantas introducir en cada terrario, son la base del éxito con estas maravillas que tanto nos fascinan.
A continuación se detallan las especies más recomendables para cada tipo de terrario según su tamaño.

Terrario pequeño o mediano (30 ancho x 40 alto x 50 largo), Angraecum, Masdevallia, Pleurothallis, Bulbophyllum.

Terrario grande (40 ancho x 60 largo x 60 alto) Masedavallia, pleurothallis, Bulbophyllum, Cattleya, Phalaenopsis.

Gran terrario o instalación (mínimo 100 alto x 90 ancho x 50 fondo) Todas las anteriores, además de Vanda, Dendrobium, Gongora, y la mayoría de las epífitas que necesitan espacio para desarrollar raíces aéreas.

 

Agradecemos la cesión de las fotografías para la realización de este artículo a TusOrquideas.com (Patricia Garbey) y a infojardin.com. Prohibida total o parcialmente la reproducción de este artículo sin permiso de los administradores.

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